Para cuando reciban esta revista en sus manos, algunos de ustedes probablemente habrán escrito ya su lista de propósitos de Año Nuevo, pero yo sigo sin saber lo que eso significa en realidad. Claro, sé que “bajar de peso, ahorrar, dejar de fumar, hacer ejercicio, conseguir un trabajo mejor, leer más y mirar menos televisión, viajar, conseguir pareja, pasar más tiempo con mis hijos” y una variedad de todas las anteriores, suelen ser las cosas más recurridas en esa lista.
Sucede que dispuesto a escribir este texto, decidí poner en marcha una encuesta no muy estadística y bastante informal; la lista de propósitos de año nuevo es un mito urbano. Cada vez menos gente la pone en marcha.
Cierto es que, en el fondo, esa lista de propósitos se parece bastante a la carta a Santa Claus que escribíamos cundo niños y esperábamos que mágicamente nuestros deseos fueran concedidos por una entidad ajena a nosotros.
Pero, como sea, estamos dispuestos a crear un nuevo orden para los propósitos de año nuevo.
Aquí, en la redacción, nos abocamos a la tarea y queremos desearte se cumplan.
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