viernes, 9 de abril de 2010

Equilibrio en dos ruedas Si hiciera falta, la defensa bien podría ser un refrán: pocos pero buenos.

El 62º Campeonato Mundial de motociclismo arranca con un rasgo que ha distinguido a sus antecesores inmediatos, la escasez de participantes en la división mayor: MotoGP. 

Mientras la Federación Internacional y el promotor Dorna estudian cómo atraer a nuevos fabricantes y reconquistar a los que fueron alejándose, la clase reina mantiene al máximo referente de los tiempos modernos, Valentino Rossi, y la alquimia del elenco estable toma forma con la camada de jóvenes que se graduó para desafiar al italiano.

Rossi siempre es capaz de algo más, como ocurre con los héroes. Lo fue en Cataluña, el año pasado, ganándole a su compañero Jorge Lorenzo un mano a mano de infarto masivo en el mismísimo último viraje de Montmeló. Entonces, cómo descartar a Vale, heptacampeón en la cilindrada máxima, ganador de nueve títulos y 103 carreras, 77 de ellas en la división mayor. A los 31 años, con el físico intacto, El Doctor encara su séptima temporada consecutiva con Yamaha y pretende que tal fidelidad y el apego al trabajo que demandó convertir a la marca en ganadora tenga más recompensa. Su principal rival está pared de por medio, en el mismo box que volverá a estar dividido en cada circuito. Lorenzo ha mostrado sus credenciales en la pista y las ambiciones afuera: el mallorquín pretende estatus de primer piloto en la marca japonesa.

La salida temporaria de Casey Stoner en 2009 y la escasa oposición de Honda centró la lucha del año pasado en los pilotos de Yamaha. Aquello promete renovación inmediata desde el Gran Premio de Qatar, en el circuito iluminado artificialmente en Losail, un alarde de gasto energético para añadirle glamour al desierto y -principalmente- ofrecer la competencia por televisión en horarios más convenientes para Europa.

Según el termómetro de los ensayos de pretemporada, Rossi y Stoner aparecen como los más fuertes. Lorenzo, se recuerda, participó en la sesión final afectado por la fractura que sufrió en una mano durante prácticas privadas. Si este Mundial resulta una lucha tan cerrada como en algunos pasajes de 2009, los puntos que puedan escurrírsele en las primeras carreras a Lorenzo por su condición física serían faltantes al final.

El australiano Stoner colapsó a mediados del año pasado y dejó la pelea por la corona debido a la tensión e inconvenientes físicos que le generó la competencia. Ducati, que renovó la apuesta en el estadounidense Nicky Hayden, hizo cambios en su plantel técnico. La casa de Borgo Panigale pretende de las Desmosedici un rendimiento más parejo, al estilo de Honda o Yamaha. Hasta ahora, sólo Stoner ha sido capaz de extraerles el máximo a las motos rojas.

Cuando dejó de coquetear con Yamaha, Dani Pedrosa renovó con Honda y lidera la apuesta del constructor para reverdecer laureles marchitos. Pedrosa, ex campeón de 125 cc y bicampeón de la desaparecida 250, tiene la experiencia necesaria para abordar la pelea mayor. Aún quedan pendientes más muestras de caracter y el acompañamiento técnico necesario para ser incluido en la batalla.

El italiano Andrea Dovizioso, su compañero, necesita regularidad para dar el siguiente salto de calidad. Suzuki, que mantuvo al veterano italiano Loris Capirossi y reclutó al novato Alvaro Bautista, ascendido de 250, aparece como cuarto en discordia. Su programa continúa acotado a dos motos. Con su segundo equipo, Yamaha propició la vuelta del estadounidense Ben Spies. Otros dos ascendidos del cuarto litro, el italiano Marco Simoncelli (Honda) y el español Héctor Barberá (Ducati), prometen renovar su duelo particular con las motos de 800 cc.

Más tupido será el pelotón de Moto2, la división que sustituirá a 250. Se trata de una categoría con motores únicos (Honda) de cuatro tiempos montados en distintos chasis y también con proveedor oficial de neumáticos (Dunlop).

Sus 600 cc prometen cumplir como escuela pero también elevar la competencia de la segunda categoría. Los 40 anotados, entre los que aparecen ex campeones, pilotos que llegaron a MotoGP y promesas surgidas de 125, certifican la expectativa. Cantidad y calidad, se sabe, difieren en mucho más que dos letras.

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